sábado, 9 de marzo de 2024

Reflexionando sobre los recuerdos y los lugares.

 ¿Habéis vuelto a aquellos lugares donde fuisteis especialmente felices?

La mente es tan curiosa que, enlaza los recuerdos con canciones, olores o, incluso, con los lugares que se convirtieron en el escenario de momentos de felicidad o también de tristeza.

Volver a aquellos escenarios después de mucho tiempo, se convierte en un momento catártico: te das cuenta de que ya no eres la misma persona que vivió aquel momento, que has evolucionado. Al revivir esos momentos, te descubres buscando las diferencias del paisaje que ahora observas con el que tu retina guardó.



Los momentos pasados se almacenan en el alma y en la memoria de una forma idealizada, como si fueran una ilusión. Pero la realidad es otra, todo lo que viviste en ese lugar, ya no está, pertenece al pasado. Tanto el lugar como tu mirada han cambiado demasiado y la imposibilidad de regresar a ese momento deja un sabor amargo en la garganta.

La vida es darte cuenta de que el tiempo es como arena entre los dedos que se va escurriendo poco a poco. Nada dura eternamente y la fluctuación forma parte de la experiencia vital.


Todos estos pensamientos se agolpan en mi mente mientras visito un lugar del que guardo momentos de "mi yo del pasado". De fondo, se oye una canción que no dejan de poner en la radio, cuyo ritmo pegadizo se va grabando en mi subconsciente, y entonces, pienso que, en un futuro, esta canción me traerá al presente el momento que estoy viviendo ahora.

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